16/12/10
Nuestra señora
Purísima, amandísima, inmaculadísima. Nuestra señora. Nuestra señora de los suspiros. Nuestra señora de la risa y el profundo dolor, que se hunde en el alma, que hiere con lo inalcanzable. Bendito es el fruto de su vientre. Preñada de salvación y fuego infinito. Reza, por mí, sálvame de este infierno de hielo, no puedo tragar una aguja más. Mi señora, mi señora terrenal...
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