13/9/10

Ni tanto ni tan calvo

De todos es conocida la insidia con la que el traductor de Google se ensaña con el idioma. No vengo a hablar de eso, que ese valle ya está muy arado, sino más bien de todo lo contrario: sin dejar de ser chocante Google se pasa de culto.
Ahora puedo empezar mi relato. Hallábame de madrugada viendo una película cuando en el susodicho filme vi una leyenda en inglés que rezaba «peep show» (no penséis mal, era «Amélie» (¿cómo que ahora pensáis peor)) y aunque podía hacerme una idea del significado de los vocablos ya que dentro había señoritas con poca ropa me dije «¿qué coño? Vamos a asegurarnos». Google daba dos resultados; el primero desalentador «mundonuevo» (sí, todo junto), pero el que nos atañe era el segundo: «espectáculo sicalíptico».
Sin querer caer en la pedantería no hallé en mi apañadico vocabulario esa palabra. Así que recurrí a los siempre amables señores de los siñones con letras que tienen un diccionario en línea (el DRAE para los amantes de las sílabas) que me dijo: «sicalíptico, ca. 1. adj. Perteneciente o relativo a la sicalipsis». Bien, como es natural busqué «sicalipsis» porque no se molestan en poner links y hallé lo siguiente: «sicalipsis. (Del gr. σῦκον, higo, y ἄλειψις, acción de untar, frotar). 1. f. Malicia sexual, picardía erótica».
Llegados a este punto eché cuenta a dos cosas. La primera que mis grandes dotes deductivas no erraron y realmente «peep show» era un espectáculo de señoritas. La segunda fue este sencillo pensamiento: «¿higos? ¿frotar? Putos griegos... Todos calientes como estufas».
Y ahora la pregunta para la reflexión. ¿Es igual de inútil poner malas definciones como hacerlo demasiado bien? Comenten, comenten, que todavía es gratis y con suerte estreno el buzón de spam.