30/4/11

Algunos cambios

Como anoche estuve haciendo unas pequeñas reformas y me he propuesto publicar al menos tres entradas al mes, voy a explicar tres cosillas que han cambiado en el blog:
La descripción ya no es Is not this shuch an Utopia?!. Aunque es una frase bastante buena de la saga Mother, preferí dar de lado a la lengua de la pérfida Albión y usar una culta como el latín. En la actual descripción pone: "Sitio web del demente Khazike sobre cosas literarias y perversas".
Muchos recordaréis (y los que no, que bajen y las conozcan) a las tres heiirafas mascota (esos bichos verdes) que están bajo el blog y dan vueltas continuamente. Bien, una de ellas, Colmillitos, se nos ha muerto y como ahora el blog usa una plantilla predefinida y no una cutre hecha por mí he quitado el anterior mensaje y añadido uno más lulz entre las dos que quedan. Los que veáis los Simpsons, probablemente pilléis el chiste.
Y la última, pero más importante: he cambiado la licencia del blog a CC-BY-SA, porque mola más y así es compatible con otros de mis proyectos. ¿Qué quiere decir eso? Que mientras me nombréis a mí y al blog podéis hacer cuanto queráis con la obra que contiene. Hasta intentar venderla, otra cosa es que os la compren.
Y eso es todo. Sé que nadie se va a leer esto porque a nadie le importa. Así que ahí quedáis, impresentables.

29/4/11

Pareado súbito #1

Pues un pareado súbito es una frase que dices en una situación normal y de repente te das cuenta de que rima. De eso irá esta particular y azarosa sección. Este primer pareado va dedicado a mi padre y maestro mágico Semónides de Amorgos:

Claro que es una mujer;
miente mucho y miente bien.

26/4/11

1º de abril

Había llovido los últimos días, pero ahora las nubes se apartaban un poco para que
un rayo de luz convirtiera la Cúpula de la Roca en una imagen etérea, de otro mundo.
Cuando Madrid fuera suyo, destruiría ese nido de paganos y sobre la Colina del Templo
alzaría una cruz de quinientos metros en memoria de la Gloriosa Cruzada, Su Cruzada.
Los médicos decían que debía dejar ese caucho mágico que fabricaban los sabios
encantadores del Magreb. ¡Matasanos! ¿Qué sabrán ellos de las visiones que Dios le
enviaba? ¿Qué sino la unión mística producida tras el velo del incienso había sido el
artífice de la Victoria?

Sobrevolaba el Madrid masón en su caballo blanco. La ciudad debía ser
destrozada y devastada para que abonara la Nueva Jerusalén que él levantaría con muros
de oro y piedras preciosas. Madrid semita debía ser arrasado como lo fue Cartago y caer
en el olvido de los hombres como Babilonia. Escipión y Catón se lo habían dicho en
sueños.

Un rojo quedó por un momento cegado por el resplandor de su armadura de
platino, a la que tomó por un momento por un segundo sol, y una bala encontró nuevo
hogar en sus entrañas. Con el poder de Dios podía ver cuanto acontecía en el campo de
batalla, observaba los rostros de todos los que en su día fueron sus compatriotas. Pero
ya no, los demonios los habían corrompido en cuerpo y alma, y trocado en seres
horrendos y babeantes. Era Su voluntad que volvieran al caldero hirviente del que
provenían.

Muchos arrojaban las armas y huían, pues eran bestias cobardes y a las que no se
les deparaba merced. Otros aún resistían, pero hasta las balas eran más piadosas que
ellos y no osaban ni rozar los cuerpos de los campeones de la fe unidos bajo Su
estandarte para traer un Mundo Nuevo. Dios mismo lo había nombrado paladín para
doblegar a esas bestezuelas, bastaba una mirada suya para que su sangre ardiera y sus
cabezas estallaran.

Los Caballeros del Templo, que habían jurado servir bajo su mando, ya alzaban la
bandera con la cruz en la Puerta del Sol. A sus pies alimentaban una enorme hoguera
con sus lanzallamas en la que quemar todo lo impío y a todos los impíos. Una cola de
presos ligados por el cuello y gañendo disculpas atravesaba toda la plaza, pero no hay
excusa para el ateísmo. Azaña y toda su logia eran los próximos en ir al fuego
purificador. ¡Glorioso día!

La Legión golpeaba sus escudos y lo aclamaban al verlo pasar; le habían
acompañado al cruzar el Rubicón desde África. Viriato llegaba del oeste dirigiendo a
sus huestes furiosas contra la República corrupta. Incluso los mismos ángeles del Cielo
se habían sentido indignados por ver Gomorra renacida y habían pedido al Señor
licencia para descender y castigarla. Ahora volaban junto a él; eran rubios, altos y casi
tan hermosos como el enoquiano que hablaban. Muchos eran serafines y arrojaban su
fuego castigador sobre los pecadores que se arrastraban entre las ruinas.

Los demonios orientales debían estar revolviéndose bajo sus cebollas en algún
lejano páramo. Ahora podían observar cómo Su ira se cebaba con los paganos y los que
descuidaban el oficio del Altísimo.

Y él reía y reía. Era imparable. Sería recordado hasta que sonaran las últimas
trompetas. Y Su nombre sería alabado.

La Ley de Poe dice: Without a winking smiley or other blatant display of humor, it is impossible to create a parody of Fundamentalism that SOMEONE won't mistake for the real thing.