13/7/09

Símbolo

Éste tal vez sea el símbolo del único dios al que de verdad vale la pena adorar. No tiene nombre, es el dios de los dados, aunque algunos lo llaman azar.
Pero esta entrada no es para hablar de ese dios sino para analizar su símbolo en sí, lo veremos por elementos:
El círculo es al tiempo que un símbolo un tablero de juego. Los elipses de los extremos son donde cada jugador realiza su tirada mientras que el círculo central es donde se deposita la apuesta.
Éste círculo pequeño es homólogo del círculo mayor, lo que arguye al concepto hermético de que lo que es arriba también lo es abajo por lo que la apuesta no sólo se realiza a los ojos de los hombres sino también a los ojos del dios.
Los lazos entrelazados representan a los jugadores, unidos por el juego, que, al lanzar los dados y perpetuar el azar, se hacen uno con el símbolo mayor que representa al dios. Como puede verse el símbolo, al no tener principio ni fin, representa al dios; mientras que los lazos, limitados estando aislados, representan la mortalidad de los contendientes.
En cuanto a los laterales donde el juego no se desarrolla representan el azar en sí mismo pues nada está completo ni organizado pues siempre tiene espacio para lo inesperado.
Es un símbolo sencillo de dibujar, por lo que se puede jugar en cualquier sitio y así convocar continuamente al azar ya sea por dinero o por la propia vida. No es sagrado lo que se apuesta sino el propio acto del juego que no se puede interrumpir por nadie ajeno.

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