28/2/12

Pack to the Future! - 2

—¡Despierta, pringado!

Jaime no vio motivo para no obedecer a esa voz que acababa de perturbar su sueño y abrió los ojos. De ellos se sirvió para rastrear la procedencia de la voz; pero como la búsqueda resultó infructuosa, se resolvió a alzarse de entre los restos destrozados de su silla, comprobar que su cráneo seguía cerrado y ponerse de pie ante su escritorio a jugar distraídamente con el papel de burbujas.

Un par de seres pequeños le miraban intrigados desde la mesa.

Jugó al menos minuto y medio a explotar las burbujas, totalmente enajenado de cualquier otra cosa.

Entonces su cerebro consiguió computar la presencia de los seres, emitió un grito y los miró.

En efecto estaban sobre la tableta metálica que rezaba MANUAL DE INSTRUCCIONES. Eran dos chicas de no más de veinte centímetros ni trece años, totalmente idénticas salvo en tres cosas: una de ellas llevaba el pelito rubio a media melena mientras que a la otra le llegaba hasta la cintura. Ambas vestían una camiseta amarilla bajo una especie de mono de trabajo, pero el de la chica de pelo corto terminaba en pantalones mientras que el de la otra era una falda. Y mientras la de la falda estaba sentada y abrazada a una pequeña esfera de cristal, la otra estaba de pie mirando sañuda a Jaime.

—Ya iba siendo hora de que despertaras.

Jaime las miró inexpresivo, sin dejar de explotar burbujas. Por fin afirmó mirando a otra parte: —Me he vuelto loco. Debe haber sido por la caída—. Y siguió a lo suyo.

—No le ha pasado nada a tu cabeza, humano —le gritó la chica pelicorta.

Jaime no hizo caso.

—¡Eh, tú!

—Calla, ni siquiera sois reales.

—Claro que no, idiota, nos ves debido al caramelo.

—Entiendo, me he tragado un alucinógeno —repitó más para sí mismo que otra cosa, continuaba en estado de shock.

—¡No nos llames alucinaciones!

—Pues ya me diréis qué sois.

—Yo soy Sol y esta es mi hermana Luna —volvió a gritarle la chica de los pantalones, sin dejar que su ira pareciese decaer a pesar de la educada presentación.

Entonces Luna abrió su boquita y explicó con un hilo de voz: —Desde que usted se tragó el crippler su cerebro puede recibir los datos que el manual transmite de forma continua y por tanto puede vernos y oírnos.

—En resumidas cuentas, te has tragado el caramelo y ahora estamos aquí para enseñarte. Es evidente que te hace falta.

Jaime miró al infinito.

—Vale, finjamos por un momento que no estoy loco, ¿qué clase de programador pedófilo os pone como guías a vosotras?

—Eh, tú, más cuidado, nosotras somos producto de tu imaginación perversa.

—Su cerebro reinterpreta los datos puros haciendo que adopten una forma conveniente para su asimilación —explicó Luna, solícita.

—Qué conveniente, sí, sí. Me he tragado un caramelo que me hace alucinar con niñas —Explotó otra burbuja—. Muy conveniente.

—No seas idiota, sirve para mucho más. Y eso es lo que llevamos intentando explicarte desde hace un buen rato. ¡Y no somos alucinaciones!

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Y esa ha sido la segunda parte. Os recuerdo las reglas:
  1. Yo voy a ir publicando una serie.
  2. Esa serie irá por capítulos de menos de 500 palabras de extensión, probablemente ronden las 300.
  3. Vosotros tenéis libertad para hacer sugerencias para el próximo capítulo en los comentarios, las tendré todas en cuenta, aunque me reservo qué hacer con ellas.
  4. La única excepción es la primera que reciba, que aparecerá sí o sí en el próximo capítulo. Pase lo que pase.
  5. Conste que digo «primera sugerencia» y no «primer comentario». Cosas como «Kha, qué bueno estás» y otras de vuestras muestras de entusiasmo espontáneo y/o odio, no cuentan.
  6. Hay que leerlo todo con unos calzoncillos en la cabeza. Yo lo escribiré solo cuando las estrellas estén alineadas.

4 comentarios :

  1. De nuevo, sólo una pequeña sugerencia y después sigue como quieras: el caramelo tiene un compuesto que le da alergia al protagonista (¿zumo de piña?), por lo que usar sus funciones (sean cuales sean) desencadena una respuesta negativa (la que tú veas).

    PD: Ahora que vuelvo a leer las reglas... Kha, no estás bueno.

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    1. Jo, no me digas eso que me vengo abajo, ¿qué haré si no puedo vivir de mi cuerpo?

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  2. Espero que esa bola de cristal no sirva para ver el futuro (como no comento de 1º pido algo pequeño) ~ Mel-o

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