3/3/12

Pack to the Future! - 4

En el cielo claro brillaba el Padre Solaris, extendiendo sus rayos generosamente sobre la tierra, haciendo que todo germinase y creciese. Era feliz haciendo su trabajo, nadie sabía hacerlo mejor.

Pero muy abajo, debajo de las nubes, debajo de los picos de las montañas, debajo de la hierba, debajo del nivel del mar, debajo de la perdida Atlantis, debajo de las horribles catacumbas de Nakhwalak infestadas de ghoules, debajo del Imperio Maldito de los Hombres Topo, en las profundiades de la Tierra, un poco por encima de donde el gran jámster gira constántemente en el Núcleo, algo temblaba.

Temblaba el suelo, temblaban las paredes, temblaba el techo de la enorme caverna donde se reunían las huestes de los Enemigos. No se los conoce por otro nombre pues ellos no lo tienen para sí mismos. En la eterna oscuridad gritaban y aullaban, sus cuerpos informes y correosos se frotaban unos con otros, sus infames garras arañaban el suelo...

Sobre aquella orquesta de los infiernos se alzó Jaime. Llevaba su armadura negra, aunque bien podría haber sido de otro color en aquel lugar tenebroso. Su yelmo era alto y horrendo, le apretaba la cabeza y le hacía daño, pero al menos ya no le corría sangre por la cara. Alzó su guantelete con la forma de una innatural garra y se hizo el silencio.

—Hermanos umbríferos, se ha acabado la espera. Mañana marcharemos sobre la Superficie y nos apoderaremos de todo lo que se interponga. Llegaremos hasta el mismo Solaris y entonces os llevaré a la Tierra Prometida. ¡Lejos de este agujero en el que se nos desterró! ¡Hacia la gloria! Nahar-Tal-Sshin!

Nahar-Tal-Sshin! —repitieron los Enemigos a coro—. Nahar-Tal-Sshin!

Los ojos de Jaime brillaban como dos rubíes encendidos.

Por encima del Núcleo, por encima de Atlantis, por encima de la superficie, por encima de las nubes el Padre Solaris brillaba. Brillaba. Brillaba tanto que hizo que Jaime abriese los ojos y mirase al techo de su salón-cocina.

Estaba ahí tirado, rodeado de comida.

—¿Qué ha pasado? —preguntó a nadie en particular.

—Pues que sacaste todo esto de la nevera y te llevaste lo primero que encontraste a la boca como un estúpido —le explicó Sol (la pequeña chica-manual, no el astro), que estaba sobre su pecho—. Menos mal que esa hoja de lechuga solo te ha causado una visión.

—¿Una visión?

—¿Es que no escuchas?

—¿Una visión del futuro...?

—Depende —dijo Luna, también sobre su pecho—. Puede ser algo que pasará. Pero también que ha pasado o que está pasando. O solo una posibilidad de muchas. No podemos saberlo a ciencia cierta, cada usuario del crippler es distinto.

—Daba miedo —contestó Jaime sin dejar de mirar el techo.

—¿Pero qué has visto? —preguntó Sol; un archipiélago volcánico de preocupación se había formado repentinamente en su mar de ira y desprecio.

El chico no contestó, se puso de pie y Sol y Luna saltaron de su pecho como pudieron (y Sol no perdió la oportunidad de quejarse).

Sin percatarse de que el congelador de su nevera estaba ahora arriba y no abajo como antes, volvió a su escritorio y encendió su ordenador.

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Sugerencia de sugerencia: ¿para qué enciende el ordenador Jaime? ¿Va a pedir ayuda o pizza? ¿A buscar información? ¿Porno?

Ahí van las reglas para los despisdados:
  1. Yo voy a ir publicando una serie.
  2. Esa serie irá por capítulos de menos de 500 palabras de extensión, probablemente ronden las 300.
  3. Vosotros tenéis libertad para hacer sugerencias para el próximo capítulo en los comentarios, las tendré todas en cuenta, aunque me reservo qué hacer con ellas.
  4. La única excepción es la primera que reciba, que aparecerá sí o sí en el próximo capítulo. Pase lo que pase.
  5. Conste que digo «primera sugerencia» y no «primer comentario». Cosas como «Kha, qué bueno estás» y otras de vuestras muestras de entusiasmo espontáneo y/o odio, no cuentan.
  6. Hay que leerlo todo con unos calzoncillos en la cabeza. Yo lo escribiré solo cuando las estrellas estén alineadas.

2 comentarios :

  1. Quiero que Jaime entre en MSPA cuando encienda su ordenador. ~ Mel-o

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