16/10/12

Pack to the Future! - 18

—Eh, Tenaz —llamó Jaime sin dejar de apartar ramas bajas de los árboles que les bloqueaban el camino.

—¿Sí?

—Me estaba preguntando, ¿qué te pasó cuando casi mueres? —inquirió Jaime, y rápidamente añadió—: Por curiosidad...

—Es una larga historia —respondió Tenaz.

—¿Por qué todo el mundo dice eso cuando no quieren contar una historia? Escupe ya.

—Bueno, si insistís...

»Como creo que ya os dije, yo vivía hace mucho tiempo en la más bella de las ciudades: Cerebria. Que sea la única ciudad del mundo no le quita mérito a ese hecho.

»En dicha ciudad siempre han existido dos castas enfrentadas: los nobles y hacendosos Racionales, y los viles y depravados Emocionales. Yo pertenecía a una de las más notables estirpes de los primeros y, aunque aún era joven, ya dirigía mis propios negocios.

»Conocí a otra chica Racional, la más bella que podáis imaginar. Su linaje y riqueza eran equiparables a los míos, así que le propuse matrimonio. Ella aceptó y nuestras familias estaban de acuerdo, de forma que todo se preparó para que contrajésemos matrimonio. Lo haríamos en cuanto yo volviese de un viaje de negocios en el sur, no muy lejos de Villacorazón.

—¿Y ya está? ¿Te casaste y por eso te volviste un loco fanático?

—Era solo una pausa dramática. Si mi historia fuese una obra de teatro ya habría terminado el primer acto.

—¿Entonces esto es un intermedio? 

—Eso parece. Si me lo permitís, continuaré.

Y mientras seguían caminando con el agua hasta el cuello, sujetando sus armas por encima de la cabeza para que no se mojasen y sin dejar de mirar por si avistaban sapos venenosos, Tenaz continuó contando su historia.

—Curiosa, mi prometida, tan solo había aceptado por agradar a su familia. Jamás podría haberles confesado que en realidad estaba enamorada de un Emocional, un pobre desgraciado llamado Dispuesto. Su amor, como os digo, era imposible.

»Pero no para la pobre Curiosa. Ella había confundido mi amor con sucio deseo y en su mente mi única meta era apartarla de su amado. Así urdió un plan para matarme y luego fugarse con él. No le costó envenenar el oído de Dispuesto para que fuese hacia el sur y él mismo me asesinase mientras yo aún estaba de viaje. El pobre, ciego de amor, no dudó en partir a mi encuentro.

»Una noche yo andaba solo por Villacorazón cuando oí una reyerta en una taberna. Tres duendes sanguíneos acorralaban a un cerebrita. Ante tal injusticia no dudé ni me hice preguntas, salté en ayuda de mi conciudadano y vencí a los duendes. Como supondréis ese cerebrita era Dispuesto, que había estado haciendo trampas a las barajas. Yo no lo conocía, ni él a mí tampoco, de modo que esa noche trabamos amistad.

»Pero, ah, el destino pronto se aseguró de que al día siguiente conociera mi identidad y muy a nuestro pesar hubimos de batirnos.

—Menuda zorra tu prometida —apuntó Jaime.

—Volviendo la vista atrás no me queda más remedio que daros la razón, buen Clérigo —respondió Tenaz un poco cabizbajo mientras saltaba a la siguiente piedra para pasar una parte especialmente profunda del pantano—. Pero os aseguro que yo no lo creía así por entonces.

»Dispuesto me llevó a efecto de batirnos al tejado de la posada donde nos alojábamos. Allí solo me dijo quién era y que ahora que sabía quién era yo, debía matarme.

»Intercambiamos estocadas un rato, mas su pobre esgrima poco podía hacer contra la rapidez de mi acero y pronto logré desarmarlo. Con mi espada en su cuello le exigí que me explicase por qué deseaba mi muerte.

»Me contó todo lo que yo os he contado.

»Yo no supe qué hacer y estuve un rato meditándolo tal como nos encontrábamos. Entonces envainé mi espada y le dije que era libre para irse y estar con Curiosa. Yo me volví y me lancé desde el tejado, pues era lo que ella había querido.

»Cuando pasé un mes inconsciente en Villacorazón recibí una visión de Nuestro Señor. Me mostró vuestro rostro, buen Clérigo, y me dijo que habría de acompañaros en vuestra búsqueda para desterrar a los enemigos para siempre de esta tierra. De modo que vestí hábitos y esperé hasta que llegasteis.

»Os llevó vuestro tiempo, todo sea dicho. Entre tanto tuve mucho tiempo para pensar en lo estúpido que había sido. Esa moza realmente no valía tanto la pena. ¿Sabéis que me llegaron rumores de que para cuando Dispuesto volvió a Cerebria ya se había fugado con un aerófago? Vivir para ver.

»Supongo que si algo me enseñó esta experiencia es que aunque te comportes como un capullo, lo importante es aprender de tus errores y no volver a cometerlos.

»Ese árbol me suena...

—Sí, a mí también. ¿No creerás que...? 

Tenaz se encogió de hombros, pero su rostro mostraba preocupación.

—Sol, ¿seguro que este es el camino correcto?

—Nng... Sí... —afirmó Sol—. No estamos perdidos ni nada por el estilo. ¿Me tomáis por idiota?

No hay comentarios :

Publicar un comentario

¡Vamos, tí@, ya te queda menos para conseguir dejar un comento!