5/6/08

El libertino caballero

Esto es lo que suele salir cuando sin más ni más se te olvida tu dosis de haloperidol y te pones a escribir paridas de un tío que se tira a todo bicho viviente. En fin que te pones a escribir y a escribir y pa' cuando te das cuen' has escrito 100 versos. En fin aquí está la obra:


Hoygan el romance del
libertino caballero
Con mi porte muy gallardo
y mi mirar altanero.
No tengo ni por obstáculo
mi virtud ni mi dinero.
Cuanto placer yo buscase
sin más yo me lo concedo.
Ya fuere virginal flor
o prietas nalgas de efebo.
¡Válgame esto los infiernos
que clamo que así deseo!
Segunda muerte sería
vivir con hastío el cielo.
Amigo soy de Satán
a él con gusto mi alma entrego
cuando a secretos placeres
sin dudar mi cuerpo cedo.
Estas manos dulcemente
mil pares de blancos senos
han, sin duda, acariciado.
Compañero del exceso,
del buen vino y los placeres
que ofrece un cálido lecho
y, bajo las blancas sábanas,
un fuerte amante erecto.
A leyes y religiones
de férreos mandamientos
yo las miro con desdén
pues no ponen ni de lejos
moral o norma cualquiera
sobre mi caliente fuero.
Los cardenales y obispos
me acusan de mago negro,
me penan de excomunión,
y buen precio pone el clero
por mi cabeza sin cuerpo.
Frígidos reyes obesos,
tan fríos gobernadores
y príncipes muy estrechos
intentaron con grilletes
detener mis deseos
mas ellos sólo lograron
una burla y un cameo
y el no volverme a ver.
Mar bravío y mal terreno
ceden mansos a mi paso
pues saben que soy heredero
de viejos dioses y pasiones,
que todo lo placentero

es mi única y la mejor ley
y que soy señor y dueño
de sodomías, perfidias
y harto oscuros secretos
y de profundas mentiras.
Con sumo gusto yo bebo
cuanto me ofrece la joya
que sin gran esfuerzo encuentro
en las piernas de una virgen.
Me arrullo entre placenteros
gemidos y gritos gozosos;
que a todos ellos los tengo
por mis canciones y nanas.
Me trae siempre el número
sin cuidado ni mesura
¡poco importa uno que ciento
pues soy grandioso varón
y a todos sin más contento!
De dos en dos o de a tres
es común y ni me atengo.
Señor me siento en la orgía
y de muchos soy maestro
en infamia y perversión.
Otra Sodoma es mi lecho.
No puede uno resistirse
a chicos anchos de pecho
fuertes los brazos y piernas
y sin faltar un buen miembro.
¡Gran y grata compaña son
mis leales compañeros!
Y, no extrañéis si por ventura
me hallaseis entre müertos
perras o niñas o hermanas
haciendo lo que deseo
sólo por estar prohibido.
Disfruto mas porque puedo.
¡Cuan corta es nuestra vida
y de tan poco provecho!
No laboréis y no oréis
cada uno de los momentos
vivid como si no hubiera
más y fuera el último trecho
sin vuelta y sin retorno.
Y sin temor ya sabedlo
que no busco otra victoria
sino derramarme dentro
de un cálido vientre
y sentirme ya liberto
y a voces gritar: ¡yo soy el
libertino caballero!

No hay comentarios :

Publicar un comentario

¡Vamos, tí@, ya te queda menos para conseguir dejar un comento!